El Principado de Andorra es conocido a nivel internacional por ser uno de los mejores lugares para esquiar en el viejo continente. Sus modernos remontes, experiencias gastronómicas y ambiente nocturno hacen las delicias de todo aquel que visita este pequeño país que tiene más kilómetros de pistas que de carreteras. Recientemente, la fusión de las estaciones de esquí de todo el país bajo una misma marca, Grandvalira Resorts, ha dado lugar a uno de los dominios esquiables más grandes del mundo a los que se puede acceder mediante un único forfait.

Para intentar comprender cómo un país de tan reducido tamaño consigue ser un referente en la industria de la nieve entrevistamos a David Hidalgo, Director General de Soldeu El Tarter en Grandvalira y de SETAP365, el holding que gestiona Soldeu El Tarter y Pal Arinsal.

¿Quién es David Hidalgo?

David Hidalgo: tengo 50 años, nací en Barcelona pero soy Andorrano de adopción ya que llevo casi 23 años en Andorra. Mi pasado pertenece al mundo financiero, pero vi la luz y abandoné ese sector justo a tiempo cuando descubrí que podía, en mi caso, combinar las finanzas y con mi pasión por el esquí. Desde hace unos años asumo la responsabilidad desde la dirección general de Soldeu El Tarter y más recientemente de SETAP365.

David Hidalgo

Soy Director General de Grandvalira que es la parte que gestiona Soldeu-El Tarter dentro de Grandvalira, y de Setap 365, que es el holding propietario tanto de Soldeu-El Tarter como de Pal-Arinsal. También soy Director General del Comité Organizador de las Finales y de la candidatura de los Campeonatos del Mundo Andorra 2029. A diferencia de otros organizadores, en este caso la estación de esquí y el Comité Organizador coinciden al 95%. Por ejemplo, en el caso de otras estaciones de esquí que organizan copa del mundo como Val d’Isère, quien organiza es el club de esquí Val d’lsère, y la estación es otra entidad aparte, por tanto tienen que negociar, ponerse de acuerdo para el uso de recursos, etc. En nuestro caso no es así, yo me cambio el sombrero pero soy la misma persona. Los recursos son compartidos, los esfuerzos y la presión también, lo que nos añade un poco de sacrificio, pero el disponer de los recursos de una manera inmediata nos da una flexibilidad que otros organizadores no tienen.

¿Cuáles son tus pasiones?

David Hidalgo: Me gusta el esquí, la montaña y todo lo relacionado con ella. También la bicicleta ya que Andorra es un lugar ideal para ello. Yo creo que vivir en un lugar donde puedes poner en práctica todas tus pasiones está muy bien. Por otra parte, me gusta mucho compartir mi tiempo y energía a la familia.

Considero que el trabajo y la familia son dos pilares que tienen que ir de la mano. Desde que cumplí 50 años me gusta más la verdura y la opera, no se si es un indicador de que me voy haciendo mayor (ríe).

¿Cuáles son tus motivaciones? 

David Hidalgo: Me levanto muy temprano porque tengo una hija apasionada por el patinaje sobre hielo que suele competir. Eso me permite compartir tiempo con mi hija y después tener tiempo para mi. Mi jornada empieza muy pronto, aunque el día que me levante y diga que no quiero ir al trabajo lo dejaré, pero no me ha pasado nunca.

Tengo la suerte de trabajar en aquello que me apasiona y esto no es tan común como debería ser. Mis compañeros de universidad tienen posiciones muy buenas en empresas que están muy bien, pero cuando rascas ahí dices «madre mía, es que ni regalado». Nosotros estamos en un entorno donde disfrutamos lo que hacemos y es lo mas importante cada mañana.

¿De qué te sientes mas orgulloso a nivel personal y a nivel profesional?

David Hidalgo: A nivel profesional, del equipo que he sido capaz de construir. Todo esto sin la gente que tengo alrededor sería imposible. Plantearse este tipo de eventos y todos los objetivos que tenemos, sin contar con un equipo de profesionales que tienen la misma pasión o más que la tuya, seria imposible. Creo que el día que me jubile (que no sé cuándo será), lo haré tranquilo porque sé que hay gente detrás que son capaces de llevar el proyecto hacia delante.

A nivel personal, familiarmente puedo estar muy contento hasta el momento. La familia es un contrapeso muy importante en la parte profesional. Si hay algún desequilibrio en algún lado es perjudicial, ya que son vasos comunicantes.Creo mucho en el balance y en el equilibrio. 

¿Qué te hubiera gustado hacer o qué cosas al final no has podido hacer?

David Hidalgo: Una de las cosas que no he hecho es pasar tardes de amiguetes, si tuviera tiempo lo haría, quizás un poco mas adelante. Me encanta todo lo que sea el aire libre, dentro de mis aficiones he volado en parapente, pero una cosa que me encantaría es pilotar, el aire libre es algo que necesito. Quizás si tuviera mas tiempo lo haría.

A nivel profesional no cambiaría muchas cosas. Tengo el trabajo que me gusta, con la gente que me gusta y con los objetivos bien claros. Tenemos un consejo de administración que nos deja trabajar y unos accionistas que comprenden lo que queremos hacer, por lo tanto no cambiaría demasiado, excepto calefacción en nuestro edificio que ahora con las restricciones pasamos un poco de frío (ríe). El secreto de levantarse cada mañana contento es mejorar y estar satisfechos.

Si tuvieras una lista de 3 deseos para la montaña, ¿cuáles te gustaría hacer realidad?

David Hidalgo: La montaña tiene un reto. Me gustaría que pudiera seguir coexistiendo el desarrollo con el respeto al entorno natural, y esto parte desde el propio desarrollo económico inmobiliario y empresarial, pero con un criterio de que la montaña tiene que pasar a nuestros hijos, nietos, etc. Que nadie mire hacia atrás y diga que nuestros abuelos destruyeron aquello debía ser respetado.

Esto a veces en Andorra es difícil. En otros lugares lo he visto con una conciencia más potente, entienden muy bien que estamos de paso en la montaña y no es nuestra. Andorra creo que está haciendo ese cambio y se está dando cuenta que la gente no viene a ver edificios ni urbanizaciones, sino a disfrutar de la montaña.

Estar en un sector como la nieve, que tiene un impacto innegable sobre la montaña, es donde tenemos que ser capaces de mantener ese equilibrio con desarrollo pero sin hipotecar el futuro de la montaña.

Me gustaría también garantizar la nieve siempre. Hemos llegado a depender tanto de ella que el cambio climático es una preocupación; no llega a ser un monocultivo pero casi. Cuando tuvimos el año de pandemia sin nieve la mayor parte de la montaña se muere, la población esta fijada en la montaña porque hay producto de nieve y de invierno. Yo creo que son esos dos aspectos son los más relevantes: la sostenibilidad y que tengamos a largo plazo el producto de invierno, que para nosotros es vital.

David Hidalgo, dentro de 20 o 30 años, ¿cómo ves la montaña?

David Hidalgo: Por un lado la veo más accesible. Por otro lado hay mucha gente que tiene más interés por ir a la montaña y eso es bueno porque se le da valor.

Cuando era niño los que hacíamos excursiones éramos los bichos raros. Hoy en día hay mucha gente que va a disfrutar de la montaña, pero esa montaña tiene que estar arreglada de manera que sea accesible para mucha mas gente, no para el que es capaz de caminar 8 horas y hacerse 2.000 metros de desnivel. Éste es un gran reto.

La veo como un modelo parecido a los parques Nacionales Norteamericanos, en los que hay unas áreas que facilitan el consumo de montaña con más facilidades, y creo que ese es el reto que tenemos que tener. Guardar un espacio muy grande de montaña para el que realmente quiere disfrutarlo y pueda, pero guardar otro espacio más accesible para todos.

Es un compromiso difícil de conseguir porque si nos pasamos de frenada en desarrollo, la destruiremos y si nos pasamos de frenada en conservarla van a ir cinco personas. Esto es un reto de equilibrio, no es fácil de conseguir. Me la imagino bastante más bien conservada de lo que hemos sido capaces en los últimos años. Cada vez es más estricto el régimen de construcción, lo que hay que alterar, la parte medioambiental, etc. Creo que esto nos puede ayudar bastante, además si nuestro visitante y nuestro turista lo valora es una garantía de continuidad. También me tranquiliza que el que viene a la montaña a disfrutar de ella tiene este componente en mente. Por otra parte, me la imagino sobre todo más limpia y espero que seamos capaces de mantenerlo para no encontrar ni papeles, ni plásticos, ni restos humanos en la montaña.