La estación de esquí Candanchú ha anunciado que la próxima temporada no abrirá sus puertas si no recibe ayuda de las arcas públicas. La temporada de invierno 2020-2021 permaneció cerrada debido a la pandemia y su empresa gestora ha enviado el aviso al gobierno de Aragón: la estación no abrirá esta temporada si no recibe ayudas públicas del Gobierno autonómico.
La razones que esgrime el consejo de administración de la estación de esquí Candanchú son varias: la temporada 2020-2021 representó unas pérdidas de dos millones de euros, sumándose la incertidumbre derivada de la evolución de la pandemia con sus efectos en la actividad empresarial, así como la ausencia de un plan de ayudas y de un proyecto integral de la nieve que no agravie al Valle de Aragón.
La consejera de Economía y presidenta de Aramón, Marta Gastón, el Consejero de industria Arturo Aliaga y el Presidente autonómico, Javier Lambán, deberán tomar una difícil decisión: aceptar la exacción, aportando ayudas a la empresa gestora o buscar soluciones alternativas al consejo de administración de Candanchú.
Después de vivir la temporada de invierno más dramática de la historia, el pánico de los empresarios y trabajadores de la estación y del valle no ha tardado en llegar al recibir la noticia del cierre de Candanchú. El colectivo más afectado, las 2.000 familias y empresas que dependen de forma directa e indirecta de la industria de la nieve han mostrado su preocupación y deseo de que todas las partes, consigan encauzar la situación permitiendo la apertura de las instalaciones la próxima temporada de esquí. Los 150 empleados fijos, los discontinuos y los empresarios del valle consideran una «catástrofe económica y de imagen» para toda esta zona del Pirineo aragonés.
La estación de esquí aragonesa cerró la temporada 2018-2019 con un negocio de 4,9 millones de euros y la 2019-2020, con 4,6 millones de euros. Debido a la falta de precipitaciones de nieve en la temporada y a la declaración del estado de alarma un representante de la entidad declaraba que “la sociedad se ha acogido al punto IV del convenio de acreedores, lo que le ha permitido prorrogar en un año la duración del convenio ordinario de acreedores, posponiendo al próximo ejercicio el vencimiento previsto para el 31 de mayo de 2020”.

Ibernieve Aragón en el ojo del huracán
El origen del anunciado cierre de Candanchú no es nuevo, dado que arrastran desde hace más de una década incidencias para gestionar una de las estaciones de esquí más históricas de España. No es baladí recordar que la empresa propietaria de Candanchú, Etuksa, hace seis años, dejó de pagar a proveedores y trabajadores entrando en concurso de acreedores. De nuevo el Gobierno aragonés fue el que tomó las riendas de la gestión ejerciendo de avalista de una empresa privada que le exigía 28 millones de euros para integrarse en el holding de la nieve de Aragón, el grupo Aramón. Posteriormente en 2016, Etuksa vendió el 72% de sus acciones por 2,3 millones de euros a Ibernieve Aragón s.l., un conglomerado de empresarios de Aragón con renombradas familias al frente como Alierta (César Alierta -Expresidente de Telefónica), Soláns, Yarza (Fernando Yarza es Presidente de Ibernieve y del Heraldo de Aragón del Grupo Henneo) y Forcén (máximos accionistas del Real Zaragoza).
Achacar la mala gestión a la pandemia y a la incertidumbre de lo que vendrá este invierno, esboza malestar en un valle que depende en gran medida, de la actividad de la estaciones de esquí como motor turístico y económico de la zona. Sobretodo cuando su vecina Astún, también de gestión privada, decidió abrir sus puertas durante la pandemia a pesar de las restricciones y demostró que con esfuerzo y tesón, era posible salvar la actividad aunque no repercutiera en beneficios para la empresa gestora.
Según recientes declaraciones de Javier Lambán -Presidente de la DGA- a Radio Huesca, el Gobierno autonómico está barajando diferentes soluciones para evitar el cierre de Candanchú pero deja claro que “es absolutamente imposible, por razones financieras, que Aramón compre la estación”.