El Mont Blanc, Monte Bianco o Monte Blanco (como se conoce en francés, italiano y español respectivamente) es una enorme montaña granítica con una altitud que supera los 4.808 metros sobre el nivel del mar. Está situada entre el termino municipal de Chamonix-Mont-Blanc y de Courmayeur en Italia.
El Mont Blanc es la montaña más culminante de los Alpes y de la Unión Europea y una de las más altas del continente europeo, solo por detrás de varias montañas rusas como el Mont Elbrús (5.642 m s.n.m.) y georgianas como el monte Shjara (5.193 m s.n.m.).
«El Mont Blanc es la cumbre más alta de LA UNIÓN EuropEA»
Este macizo es compartido tanto por Francia (dentro de la comuna de Chamonix-Mont-Blanc) como por Italia (en la región autónoma del Valle de Aosta), después de un tratado internacional firmado en 1860.
El macizo de Mont Blanc está rodeado por valles que albergan numerosos glaciares como los de Bossons y Taconnaz en la ladera norte y los glaciares de Freney, La Brenva de Miage y de Mont Blanc en la ladera sur.

Las poblaciones más cercanas a la cima son; por una parte, Chamonix-Mont-Blanc y Saint-Gervais-les-Bains en Francia y Courmayeur en Italia
Historia del Mont Blanc
Al ser la reina de las montañas de los Alpes, el Mont Blanc es la cuna del montañismo y alpinismo desde el siglo XVIII y es referente en la práctica de senderismo, esquí, el snowboard, el skimo, el telemark y el splitboard.
Antes del siglo XVIII, el Mont-Blanc era apodado localmente “la montaña embrujada”. Todavía existe una cima del macizo llamada así: el Mont Maudit.
Cuenta la leyenda que en la cima existía un reino encantado, gobernado por un hada (la “Déesse Blanche”). Desde la cima de su reino verde, trabajaba en el destino de los habitantes que vivían en el valle de Chamonix.

Sin embargo, hasta mediados del siglo XVII, nadie, ni siquiera los habitantes de la zona, se atrevían a acercarse a la cumbre, ni siquiera a los glaciares. Se consideraba que era una tierra habitada por demonios donde brujas y hechiceros solían bailar al son de los instrumentos.
No obstante, la percepción de las altas montañas como lugares condenados iba a cambiar para siempre en el siglo XVIII. Los aventureros británicos que visitaron Savoie hicieron historia con sus pioneras incursiones en los techos de los Alpes.
Con el paso de los años, las primes expediciones y tras ese cambio de percepción, la escalada del Mont Blanc se convirtió en una actividad popular entre los montañeros y turistas, lo que llevó al desarrollo de una serie de rutas de escalada. Tal fue el incremento del interés por la zona y del deseo de llegar a la cumbre de la gran montaña que, en 1909 se inauguró el ferrocarril Mont Blanc, haciendo mucho más sencillo el acceso al lugar. El primer tramo de tranvía recorría la distancia entre Le Fayet y Col de Voza pero, poco a poco, se fue expandiendo hasta hoy en día convertirse en una atracción turística popular que atrae a visitantes de todo el mundo.
El Mont Blanc se ha convertido en uno de los destinos turísticos más populares de Europa, consiguiendo atraer a una gran cantidad de turistas y montañeros cada año. Pero su popularidad no recae únicamente en su tradición alpinista, el lugar también es reconocido como paraíso de nieve para la práctica del esquí y el snowboard, otra forma increíble de disfrutar de la naturaleza y la montaña más alta de los Alpes.
Primeras expediciones en los Alpes y en el Mont Blanc
Una de esas expediciones fue en 1741, los viajeros ingleses William Windham y Richard Pococke organizaron una expedición de descubrimiento en el valle de Chamonix. Allí, abordaron el mayor glaciar que podemos encontrar por encima de Chamonix, en Montenvert. Lo llamaron “Mer de Glace” (Mar de Hielo). Sus ojivas y las bandas de color curvadas que se forman en la base de la cascada de hielo les dejaron prendados. Los británicos quedaron maravillados por la enorme extensión del glaciar y sus suntuosas formaciones de hielo.
Casi medio siglo después, el 8 de agosto de 1786, se consiguió la ansiada gesta. El alpinista local Jacques Balmat y el doctor Michel Paccard alcanzaron por primera vez en la historia la cumbre del Mont-Blanc.
Este ascenso fue gracias al apoyo de un mecenas suizo, Horace-Bénédict de Saussure. El científico de Ginebra había ofrecido una suculenta recompensa para la primera persona que escalara la cumbre más alta de Europa.
Este ascenso de años atrás a la ansiada cima del Mont Blanc macó tradicionalmente el inicio del alpinismo moderno. De Saussure le siguió al año siguiente, al igual que el primer británico, el coronel Mark Beaufroy. Por su parte, Marie Paradis fue la primera mujer en alcanzar la cumbre en 1808.
Así pues, debido a ese incremento progresivo del interés sobre el alpinismo hasta, en la actualidad, ser considerado un deporte de referencia en el medio natural, hoy en día, la montaña es escalada por una media de 20.000 montañeros-turistas cada año.
Chamonix-Mont-Blanc: un espacio natural protegido
El macizo alberga: 25 especies animales (entre ellas gamuzas, íbices, marmotas y chovas alpinas) y 45 especies vegetales.
Los animales y las plantas deben ser objeto de respeto y protección, aunque durante muchos años el macizo ha sido un punto de conflicto entre: los que quieren explotarlo por razones económicas y turísticas, y los que desean proteger el lugar que consideran amenazado por la gran cantidad de visitantes.
En verano, pueden iniciarse entre 300 y 400 expediciones a la cumbre del Mont Blanc cada día. Los partidarios de la protección del lugar estiman que en el futuro podrían subir a la cumbre más de 100.000 visitantes al año. En comparación con los 20.000 actuales.
En el verano de 2003, un canal de televisión francés dio una noticia impactante. Se responsabilizaba a los alpinistas de toneladas de basura y heces vergonzosamente arrojadas en la zona del refugio del Goûter.
Un comportamiento poco respetuoso con las leyes locales que prohíben la acampada en la naturaleza. El alcalde de Saint-Gervais-Mont Blanc informó a los periodistas de la existencia de un vertedero al aire libre.
Qué descubrir en los alrededores del Mont-Blanc
La montaña de Mont-Blanc, es un punto de interés turístico con muchos sitios para explorar. Aquí te proponemos algunos de los que puedes visitar:
La localidad de Chamonix (Francia)
La ciudad turística de Chamonix se encuentra a los pies del Mont-Blanc. Ofrece una amplia gama de actividades al aire libre, desde montañismo, senderismo, parapente y escalada hasta esquí y snowboard.
En el corazón de la ciudad, entre los comercios, al mirar hacia arriba, el gran Macizo de Mont Blanc siempre estará presente ya que, con sus más de 4808 metros de roca, nieve y hielo, nos dejará perplejos estemos donde estemos.
Esta localidad también tiene una estación de esquí que se situa a los pies del Mont Blanc, a 1050 metros de latitud, y la cual invita a miles de esquiadores y amantes de los deportes de invierno a presenciar una experiencia única, en la montaña mas grande de la Unióm Europea.
Los pueblos de Cordon y Combloux (Francia)
Situados entre Sallanches y Megève, los pueblos de Cordon y Combloux ofrecen unas vistas espectaculares del macizo del Mont-Blanc.

Los pueblos pintorescos destacan por las agujas en forma de cebolla de sus iglesias. Y también por los impecablemente conservados caseríos que hacen de Cordon y Combloux lugares imperdibles de la región.
El pequeño pueblo italiano de Courmayeur (Italia)
Courmayeur se encuentra a 150 km al norte de Turín, en el Valle de Aosta (Italia). La ciudad y la estación de esquí están en la “cara soleada” del Mont Blanc, a 35 km al oeste de Aosta y a 22 km al sureste de Chamonix-Mont-Blanc por el túnel del Mont Blanc.

Este pequeño pueblo de los Alpes italianos, no es sólo un lugar para esquiar, sino un maravilloso congreso alpino con muchas actividades para esquiadores y no esquiadores. Visita la cara italiana del Mont Blanc, alojándote en su pintoresco pueblo histórico. Súbete a un telesilla a 3.842 m de altitud y cena por encima de las cumbres mientras las nubes pasan flotando por tu ventana.
Mer de Glace, paraíso de hielo y nieve
El increíble glaciar “Mer de Glace” (Mar de Hielo) fue descubierto en 1741, gracias a esa primera expedición en vista de empezar a descubrir los tesoros que escondía el macizo. Este paraíso de hielo y nieve, con 7 kilómetros de largo y 200 metros de profundidad, es considerado el glaciar más largo de Francia y se encuentra a 2.400 metros de altitud en la ladera norte del Mont Blanc, en los Alpes franceses.
Acceder a este lugar tan especial es muy fácil gracias al tren de Montenvers, un tren cremallera que fue inaugurado en 1910 y es el encargado de llevar a los pasajeros desde la localidad de Chamonix hasta la zona de Montenvers para disfrutar del increíble glaciar.
Una vez disfrutes del increíble trayecto y llegues a tu destino quedarás alucinado con las maravillas que ofrece el lugar como las llamadas cuevas de hielo, un acceso directo al corazón del glaciar.
El teleférico de la Aiguille du Midi
En el corazón de la localidad de Chamonix podrás subirte al teleférico de la Aiguille du Midi para acceder, en tan solo 20 minutos, al corazón del macizo del Mont Blanc, a 3.842 metros de altitud. La subida ya es una experiencia en sí misma. Mientras tus pies se van alejando poco a poco del suelo, podrás disfrutar de los increíbles paisajes que ofrece el valle, pero, al llegar al destino te encontrarás con otra experiencia a muchos metros de altura.
Aiguille du Midi (Aguja del Mediodía) es una de las montaña más reconocidas de los Alpes franceses y es, como se ha adelantado con anterioridad, el punto de llegada del teleférico. Desde el primer momento, la montaña te llevará a hacer un recorrido por la historia del lugar, gracias al Espacio Vertical, un museo que relata las historias de grandes alpinistas que se atrevieron aventurase a la conquista de las míticas cimas del valle.
Además, si buscas una experiencia todavía más distinta, le pas dans le vide (un paso en el vacío) te permitirá disfrutar de las vistas del Mont Blanc suspendido en una estructura de cristal que sobresale de la roca.
El Lac Blanc: una extensión de agua a varios metros de altitud
Le Lac Blanc es un lago situado a 2.300 metros de altitud y desde el cual podrás disfrutar de unas vistas panorámicas increíbles del valle, además de poder descansar rodeado de aguas cristalinas. Si es cierto que la llegada a este rincón del valle requiere algo de es fuerzo, pero, os aseguramos que merecerá la pena.
Existen dos formas diferentes de llegar al lago. Si viajas en familia con niños o no tienes mucha experiencia en la práctica del senderismo, te recomendamos comenzar la ruta subiendo en el teleférico la Flégère, en el corazón de Chamonix, para después acceder al telesilla de l’Index. Esto recortará el tiempo de ascenso hacia el lago ya que solo tendrás que realizar una caminata de dos horas disfrutando de la naturaleza para llegar al destino.
En el caso de que prefieras una experiencia más exigente y que tengas experiencia en la práctica del senderismo, podrás empezar tu subida al lago desde Col des Montets o Tré-le-Champ. Independientemente de la ruta que elijas, te aseguramos que será todo una experiencia.
Disfruta del descanso en el SPA Deep Nature
En el valle, no solo podrás disfrutar de experiencias increíbles a varios metros de altura y rodeado de naturaleza, también podrás experimentar el mejor descanso en un entorno inigualable.
En la localidad de Les Houches, frente a la cordillera del Mont Blac y a tan solo diez minutos del centro de Chamonix, se encuentra el SPA Deep Nature donde podrás disfrutar del agua como nunca y dar a tu cuerpo el descanso que necesita.
Mont Blanc: un paraíso de nieve para la práctica del esquí
La tradición de montaña del valle también incluye el esquí y el snowboard, es por ello por lo que existen varios dominios esquiables en los que podrás disfrutar de la práctica de estos deportes de invierno en un entorno incomparable.
La práctica del esquí en el valle está preparada para esquiadores y snowboarders de todos los niveles. Podrás encontrar desde zonas de nieve para principiantes, donde, si es tu primera vez sobre unos esquís, podrás iniciarte en la práctica del deporte e ir incrementando poco a poco la dificultad del recorrido, hasta pistas con curvas y pendientes exigentes para esquiadores experimentados. Además, el entorno no solo está adaptado para la práctica de la modalidad alpina, también podrás disfrutar de zonas para la práctica del freestyle, del freeride y del esquí de fondo.
Esquiar en la localidad de Vallorcine: Balme
En la localidad de Vallorcine se encuentran el dominio esquiable Balme. Esta estación de esquí presenta diversas zonas para la práctica del esquí alpino, una zona específica para la práctica de eslalon, una modalidad de esquí y snowboard alpino de competición, y diversos remontes mecánicos para poder acceder fácilmente a las diferentes zonas de la estación.
Siguiendo con la localidad, esta presenta un itinerario de esquí de fondo para dar la posibilidad a esquiadores de todos los niveles a practicar esta modalidad de esquí, haciendo una ruta recorriendo las aldeas y bosques de la zona.
Esquiar en la localidad de Les Houches: Les Houches/Saint Gervais y Tourchet
Les Houches prepara para los esquiadores dos lugares increíbles para la práctica del esquí: el dominio esquiable Les Houches/Saint Gervais y la zona esquiable para debutantes de Tourchet.
El dominio esquiable Les Houches/Saint Gervais, situado entre 1.000 y 1.900 metros de altitud, cuenta con un total de 24 pistas para esquiadores de todos los nieves. Además, para poder moverte por la estación y según tu nivel de experiencia, podrás elegir entre los diversos remontes mecánicos que la estación pone a disposición de todos los esquiadores. Un teleférico, un telecabina, siete telesillas, ocho telesquíes y un telecuerda y una cinta transportadora para aquellos que dan sus primeros pasos en la práctica del deporte.
Algo curioso respecto a esta estación de esquí es que es la zona de práctica utilizada por el equipo de Francia de esquí y que, una de sus pistas negras, aquellas de mayor dificultad, se trata ni más ni menos que de la pista de descenso de la Copa del Mundo, conocida como “Verte des Houches”.
Por si esto fuera poco, la localidad también prepara para los esquiadores menos experimentados la zona esquiable para debutantes de Tourchet, una cuantas pistas de esquí donde los más pequeños y no tan pequeños podrás disfrutar de aprender todo lo necesario para convertirse en unos expertos del deporte.
Esquiar en la localidad de Argentière
Cerca de la localidad de Argentière se encuentran varios zonas para la práctica del esquí: el dominio esquiable Chosalets, el dominio esquiable Grands Montets y el dominio esquiable La Vormaine.
Justo a la entrada de la localidad de Argentière, está situado Les Chosalets, una zona de esquí y snowboard para los principiantes. Aquí encontrarás escuelas de esquí que harán mucho más fácil tu inicio en la práctica de estos deportes. Además, si quieres disfrutar de la nieve de otras formas, también podrás acceder a pistas dedicas al descenso en trineo y al snow tubling, una pista exclusiva para el desmalezamiento con trineos hinchables.
Una vez que hayas cogido experiencia en la práctica de estos deportes, puede optar por la estación de esquí Grands Montets o la estación de esquí La Vormaine. Ambas disponen de varios kilómetros de zona esquiable y diversos remontes mecánicos que te permitirán moverte fácilmente por las estaciones.
Disfrutar del esquí en la localidad de Chamonix
La localidad de Chamonix cuenta con tres zonas para la práctica de estos deportes de invierno. Dispone de dos zonas ideales para principiantes, conocidas como el dominio esquiable Le Savoy y el dominio esquiable Les Planards. Además de subirte a los esquís y aprender, podrás aprovechar sus jardines de nieve, disfrutar de descensos en trineo y muchas actividades más para experimentar rodeado de los tuyos.
Por último, el dominio esquiable Révent – Flégère es característico ya que consiste en dos estaciones unidas por un teleférico desde 1997. Si decides empezar en las zonas para principiantes y una vez hayas cogido algo de experiencia sobre los esquís, podrás disfrutar de la práctica del esquí en este dominio rodeado de increíbles vistas del Mont-Blanc.
Gastronomia en Chamonix y los Alpes Franceses
Como ya os hemos hablado en el artículo de “esquí y gastronomía”, la zona norte de los Alpes donde está situado el Mont Blanc, precisamente en la región francesa de Haute Savoie (Saboya Alta), las especialidades culinarias se basan en el ganado típico de la zona que puede llegar a alimentarse a de la flora y fauna local de hasta 2.500 metros de altitud.
Los quesos son el principal ingrediente de muchos de los platos de esta parte francesa. Estos quesos son varios, aunque los más notables que ya hemos mencionado son: Bleu de Gex, el Picodon de la Drôme, La tomme de Belledonne, Rigotte de Condrieu, el Beaufort como la tomme de Savoie o Cantal.
Con algunos de estos quesos se preparan la famosa Fondue, la Tartiflette o incluso la también archiconocida Raclette.

Gastronomía de los Alpes Italianos
Mientras que, en la región alpina de Aosta, en la parte italiana, encontraremos otros tipos de platos que tienen un enfoque más cárnico, como puede ser la Carbonade, que se trata de un estofado de carne preparado con vino, cebolla y hierbas aromáticas; o la Mocetta, que está elaborada a base de carne de res o de cabra seca y posteriormente aromatizada con hierbas de los alrededores montañosos del Mont Blanc.

Los embutidos son otra de las delicias que se pueden degustar, como el aromático Boudin de Valle d’Aosta, elaborado con patatas, panceta, especias y el conocido jamón de Bosses.
Además, la zona italiana, cuenta también con una variedad de quesos alpinos, aunque no tan conocidos como los franceses, que también son dignos de mención como lo son la Fontina y el Valle d’Aosta Fromadzo, con las que también se pueden utilizar para crear una Fondue.
En esta región alpina, hacen una deliciosa sopa a base de repollo, coliflor, queso Fontina y pan de centeno, llamada sopa a la Valdostana.

Cómo llegar a la región de Chamonix-Mont-Blanc
En coche:
La región de Chamonix es fácilmente accesible en coche. Desde Madrid, atravesarás Zaragoza, Gerona y pasarás la frontera por la Junquera. Después pasarás por Montpellier, Valence, Chambéry, Annecy para terminar el viaje pasando por la A-410, A40 y N205 hasta llegar al núcleo urbano de Chamonix. Si estás en París, deberás tomar la A6 hasta Mâcon y la A40 hasta Chamonix. Si accedes desde Marsella y la Provenza, hay que seguir la A7 hasta Valence antes de enlazar con la A49 hasta Grenoble y luego la A41 por Chambéry y Annecy hasta llegar a la autopista A40. Desde Milan, hay que tomar la A4 hasta Ivrea y la A5 hasta Courmayeur.
En tren:
Chamonix también es fácilmente accesible en tren, con un servicio regular de TGV (tren de alta velocidad francés) desde la estación de Lyon de París y hasta Ginebra o Annecy. Desde allí, hay que tomar un TER (tren expreso regional francés) hasta Saint-Gervais-les-Bains antes de conectar con Chamonix con el servicio expreso del Mont-Blanc. Algunos TGV también pueden dirigirte directamente a Saint-Gervais-les-Bains, situado a 20 km de Chamonix. Es más largo, ¡pero reduces tus emisiones de carbono!.
Las conexiones integradas que ofrecen Trenitalia e Italo permiten llegar fácilmente a Courmayeur desde algunas de las principales ciudades italianas. Desde Milán, hay que coger un RV (tren de alta velocidad italiano) hasta Chivasso, y de Chivasso hasta Aosta. Desde Aosta hay posibilidad de coger un tren normal o un autobús para subir hasta Courmayeur.
En avión:
Si viajas desde cualquier país del extranjero, puedes tomar un vuelo al aeropuerto suizo de Ginebra Cointrin (GVA) y solamente dista 60 km para llegar a Chamonix Mont Blanc. Es con diferencia el aeropuerto más cercano a la región del Mont Blanc. Otros aeropuertos cercanos son los de Turín-Caselle (TRN) que está a 100,69 km, el de Berna Belp (BRN) pero sumas 20 kilómetros más o el aeropuerto de Grenoble (GNB) que está a 135 km. Por último estaría el aeropuerto de Lyon (LYS) que aunque está a 141 km, ofrece una amplia oferta de vuelo (incluyendo compañías low-cost). Si vuelas desde Madrid o Barcelona, nosotros te recomendamos el de Ginebra o el de Lyon.