Te encanta el esquí y te apasiona la montaña, pero ¿sabes cómo ser respetuoso con el medio ambiente mientras esquías? Te damos las claves para ser un esquiador sostenible y concienciado con la naturaleza.
La montaña tiene una esencia hipnótica que nos hace volver una y otra vez. A pesar de la diversión que supone estar en una estación de esquí, no podemos dejar que su ambiente dinámico nos confunda. Aunque sea un espacio edificado, adaptado por los humanos y en algunas ocasiones esté incluso abarrotado, no hay que olvidar que la nieve que pisamos forma parte de uno de los ecosistemas más delicados que existen. Por esto mismo, debe convertirse en un reto individual como deportista aprender a ser un esquiador más sostenible.
Llegar sin emisiones
Para empezar, nuestros primeros gestos para ser un esquiador sostenible se pueden hacer al pensar en cómo llegar a la estación donde vayamos a disfrutar de nuestro día de esquí. Existen muchos motivos por los que ir en coche a las estaciones es un inconveniente. Si los atascos, los nervios al estacionar o las colas para encontrar una plaza de aparcamiento no son razón suficiente para abandonar la idea de ir en coche hasta la estación, la cantidad de gases CO2 que se emite al hacerlo sí lo es.
Utilizar el transporte público para acceder a las estaciones no es solo mucho más conveniente, si no que también lograrás reducir considerablemente tu huella de carbono.
Si la estación a la que quieres acceder no tuviese la posibilidad de llegar mediante transporte público, asegúrate de llevar cadenas en el coche por si fuese necesario. Llevar cadenas es mucho más seguro para los ocupantes del vehículo y se reduce la frecuencia con la tienen que pasar las máquinas quitanieves, que utilizan sal muy dañina para los ríos y el subsuelo.
Otra opción que ayudará a cuidar el medioambiente y el futuro de las estaciones de esquí es la de compartir coche con más gente que vaya a la misma estación. En este post te enseñamos un ejemplo de cómo la estación de Val d’Allos ofreció esta temporada pasada una oferta exclusiva para todos aquellos que compartieron su vehículo con otros esquiadores.

No te lleves sólo la experiencia
Parece lógico depositar los desechos en sus correspondientes papeleras, pero una gran cantidad de residuos se acumulan en las pistas de esquí quedándose en la montaña mucho tiempo después de habernos ido.
Estos plásticos acaban en las guaridas de los animales o en los ríos durante los deshielos en primavera. Es fundamental que en un ecosistema particularmente vulnerable como es la alta montaña tengamos en consideración que es muy difícil realizar labores extensivas de limpieza por lo complicado que resulta acceder a todos los rincones de la estación.
Recuerda, aunque los residuos orgánicos se descompongan en poco tiempo, debes depositarlos en las papeleras al igual que los elementos reciclables. La basura orgánica ensucia las instalaciones de la estación y atrae animales que podrían enfermar con su ingesta.
Por otra parte, no solo reciclar es importante. Tanto o más es reducir los envases de un solo uso a los que estamos habituados y cuya utilización nos es muy natural. Llevando, por ejemplo, tu propia botella reutilizable reduces considerablemente un residuo muy común como las botellas de plástico.
Recogiendo y reciclando nuestra basura, así como reduciendo nuestro consumo, permitimos a todos disfrutar de unas pistas limpias y cuidadas.

No siempre somos conscientes de qué acciones contaminan
A la hora de hablar de sostenibilidad, somos conscientes de que dejar residuos es contaminante o de que al ir en coche emitimos gases perjudiciales. Como es natural, no estamos acostumbrados a tratar ciertos temas menos recurrentes como agentes contaminantes, pues no todas estas acciones se distinguen con tanta claridad.
Un claro ejemplo de esto es la contaminación acústica. Aunque nos inunde la emoción en las pistas, evitar los ruidos estruendosos y la música alta es muy importante, pues no solo molesta a nuestros vecinos esquiadores, también perturba la tranquilidad de la fauna del lugar. Aunque no siempre se les vea, están ahí y son fundamentales para el correcto funcionamiento del ecosistema.
Otro factor del que no siempre somos conscientes es el uso de las calefacciones. Hospedándose en alta montaña en invierno lógicamente las noches serán frías y la calefacción es fundamental para nuestro bienestar. Sin embargo, procurar abrigarse bien para no tener que poner el termostato muy alto es un acto sencillo para reducir nuestra huella de carbono. Estar en manga corta en la habitación del hotel es muy cómodo, pero muy poco sostenible.
Claro está, no todo lo que podemos hacer para ser esquiadores sostenibles se tiene que hacer una vez ya en las pistas. A la hora de comprar la equipación de esquí es mucho más ecológico comprar prendas de calidad. Al hacerlo se evita caer en el modelo de la moda rápida, siendo la textil la segunda industria más contaminante del mundo. Esto tiene el beneficio añadido de contar con atuendos más duraderos y resistentes que, aunque supongan un mayor desembolso inicial, a la larga resulta mucho más rentable. Una marca que nos encanta, sin duda, es Picture. Si además uno se anima a comprar prendas en los pueblos de alrededor estará adquiriendo productos artesanales mientras ayuda a sostener la economía rural.
Tu lugar de vacaciones, su hogar
Para ser un esquiador sostenible, un principio básico es amar la montaña que otorga experiencias tan inolvidables. Por ello, es esencial respetar su ecosistema teniendo en mente sus habitantes que más lo necesitan, la flora y la fauna.
Solo con seguir algunos consejos podemos convertirnos en deportistas mucho más conscientes de nuestro impacto en la naturaleza.
Aparte de peligroso para el esquiador, es muy dañino para el entorno salirse de las pistas. Hay que tener en cuenta que al esquiar fuera de las zonas delimitadas entramos en un hábitat natural y podemos causar destrozos, teniendo un impacto negativo tanto en la flora como a la fauna del lugar.

Por el mismo motivo existe en las zonas de alta montaña la consigna de no recoger nunca animales, plantas o rocas de la zona. No podemos saber si son o no especies protegidas y estaríamos fomentando la desertificación de la zona. Un caso muy concreto es la afición por recoger liquen y musgo para decorar los belenes en la temporada navideña. Esto tiene un efecto tan nocivo que tuvo que ser prohibido con multas que suman hasta los 200.000€ si se trata de una zona protegida, como un parque natural. Muchas veces las acciones más inocentes tienen consecuencias negativas que no podíamos ni imaginar de antemano, como la erosión del suelo o la desaparición de microorganismos necesarios para un suelo fértil de cara a la primavera.
Amplía tu compromiso
El compromiso individual del esquiador sostenible es fundamental para proteger el medio ambiente. Pero, si quieres llegar más allá, asegúrate de que practicas esquí en estaciones que compartan tus valores. Como cada vez es mayor su compromiso con el medioambiente y la protección de las montañas sus normativas se adecúan a las sensibilidades de los nuevos tiempos.
Una vez allí, recuerda siempre tener en cuenta las peticiones de los carteles y del personal de la estación, por tu seguridad y por el bienestar del medio natural.
El esquí es un deporte en contacto con la naturaleza. Por ello tener un compromiso activo con la protección del medio tan especial en el que se practica es garantizar un futuro de grandes experiencias.