Como vimos en el artículo anterior, el estudio de Marc Oliva recopiló información de los glaciares de la Península en el período de mayor actividad glaciar, cuando la mayoría del continente europeo se encontraba sumergido por los hielos.

Después de Pirineos y la Cordillera Cantábrica los otros 4 macizos estudiados fueron:
Glaciares del macizo Galaico-Leonés
En estas montañas se han observado restos glaciares en las zonas más elevadas desde principios del Siglo XX (Peña Trevinca, Ancares, Manzaneda), e incluso en algunas de más modesta altitud (o Cebreiro 1474 m; Xistral 1031 m).
Este sistema montañoso destaca por poseer la mayor laguna glaciar de la Península, el lago de Sanabria, situado a unos 1000 m en la provincia de Zamora.

En esta área del cuadrante noroccidental se formó un verdadero campo de hielo, el cual ha perfilado el terreno tal como lo conocemos ahora.
Así, la zona de Peña Trevinca (2127 m) tenía espesores de hasta 300 m, aunque no fue el mayor espesor alcanzado. En el glaciar de Bibei se llegó a alcanzar el medio kilómetro de espesor.

La longitud de estos glaciares llegaba casi a los 30 km, como el situado en el Valle del Tera, de 24 km.

Quizás, el caso más extremo de este macizo lo podemos encontrar en la Sierra de Capelada. Aquí se encuentra la morrena glaciar más baja de España. Situada en plena costa gallega, en la actualidad llega casi hasta el nivel del mar (por aquel entonces el mar era 100-200 m más bajo).

Glaciares del Sistema Central
Destacan los glaciares de valle presentes en Sierra de Estrela, Portugal (13 km) y los de las gargantas de Gredos (14 km).

En Gredos, donde se encuentra el pico Almanzor (2592 m) el glaciar bajaba hasta los 1400 m, mientras que en Béjar (Calvitero, 2400 m) se bajaba hasta unos 1200 m.

En la Sierra de Guadarrama (Peñalara, 2430 m) y Sierra de Ayllón (Pico del Lobo, 2274 m) los glaciares alcanzaron solamente unos 2 km, en orientación SE.

Otras montañas que albergaron glaciares son el Pico del Nevero o la cara norte de la Mujer Muerta.
Glaciares del Sistema Ibérico
Algunos de los mejores ejemplos de testigos glaciares son el circo de Peña Cebollera (2128 m), cuyo glaciar alcanzó 6 km o en el Pico Urbión (2228 m), donde el glaciar descendía hasta 1250 m.

En la Sierra de la Demanda (2271 m) o el Moncayo (2314 m, por el contrario, los glaciares fueron más reducidos, siendo definidos como glaciares de circo.
Además, en los últimos años se ha hecho un descubrimiento en lo que respecta a fenómenos glaciares en el Sistema Ibérico. Este está situado cerca de Orihuela del Tremendal, en la Sierra de Albarracín, a una altitud de 1920 m. Se trataría del único glaciar del Sistema Ibérico Sur y de Teruel.

Glaciares del Sistema Bético
Los Glaciares en Sierra Nevada alcanzaron en su periodo de máximo esplendor los 8-9 km en la cara norte (valles de Dílar, Monachil o Guarnón-Valdeinfierno-Valdecasillas) y unos 3-6 km en cara sur (Poqueira, Trevélez).

Algunos de estos glaciares se volvieron a formar durante la PEH, de los cuales queda un glaciar rocoso bajo el Circo del Veleta.
Referencia: Oliva, M., Palacios, D., Fernández-Fernández, J. M., Rodríguez-Rodríguez, L., García-Ruiz, J. M., Andrés, N., … & Hughes, P. D. (2019). Late Quaternary glacial phases in the Iberian Peninsula. Earth-science reviews.