Foto de portada: Blanca Fernández Ochoa y su hermano Paco Fernández Ochoa.

Hoy, el esquí español pierde una de sus grandes figuras. Ochoa, un apellido que siempre ha rimado con logros deportivos, hoy rima con tristeza. Después de la muerte de su hermano, Paco Fernández Ochoa, en noviembre de 2006, medallista de oro en los Juegos Olímpicos de Sapporo en 1972, el entorno de la nieve no podía imaginar un desenlace tan fatídico: el cuerpo de Blanca Fernández Ochoa había sido encontrado en La Peñota, en el entorno de Cercedilla.

Muchos de nosotros recordamos con cariño la medalla de bronce ganada en slalom en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1992 en Albertville, Francia. Un deportista incansable que compitió en cuatro Juegos Olímpicos: Laked Placid en 1980, Sarajevo en 1984, Calgary en 1988 y Albertville en 1992.

Blanca, pionera del esquí femenino español

Sus cuatro victorias han sido durante mucho tiempo las únicas victorias del esquí español. Solo catorce años después, la esquiadora andaluza María José Rienda, obtuvo el récord histórico español de trofeos en esquí alpino. Hasta la fecha, Blanca Fernández Ochoa todavía tiene un récord: veinte podios (todos en gigante y eslalon) en la Copa del Mundo. Y le tomó 26 años a dos de sus compatriotas emular su desempeño olímpico en Albertville. El año pasado, en los Juegos PyeongChang (Corea del Sur), Regino Hernández ganó la medalla de bronce en snowboard boardercross, y el espectacular Madrileño, Javier Fernández, ganó la misma medalla en patinaje artístico.

Blanca Fernández Ochoa descansa en sus montañas, aquellas que la vieron crecer y aprender a deslizar por la nieve. Despedimos a Blanca, con suma tristeza, se ha ido un baluarte de los deportes de invierno y una persona de gran calidad humana. Blanca seguirá siendo una de las principales figuras del esquí español y, sin duda, la pionera del esquí femenino en la Península Ibérica.

La capilla ardiente de la medallista olímpica Blanca Fernández Ochoa estará abierta al público este sábado entre las 9 y las 21 horas en el Tanatorio de Cercedilla.

El cuerpo de la exesquiadora llegó a la localidad de la Sierra tras haber salido del Instituto Anatómico Forense de Madrid, donde se le ha practicado la autopsia. La agencia Efe informaba que tras el velatorio, el cuerpo de la deportista será incinerado y sus cenizas serán esparcidas en Siete Picos, su montaña preferida. Este invierno, cuando esquiemos en la Estación de Esquí Puerto de Navacerrada, seguro que muchas esquiadoras, esquiadores, snowboarders y amantes de la montaña, imaginaremos a la gran Blanca descendiendo con elegancia sus pendientes de la mano de su hermano.
Todas nuestras condolencias a familiares y amigos. Blanca, descansa en paz.

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Fotografía: Blanca Fernández Ochoa – medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Albertville de 1992.