El Tour de Francia es conocido por su recorrido siempre insólita y su influencia mediática, pero también por sus etapas difíciles que atraviesan muchas zonas de montaña (siete etapas en total este año).
Esto representa una gran oportunidad para las estaciones de esquí en verano que albergan este gran evento y se ponen en primer plano, frente a millones de espectadores nacionales e internacionales.
El impacto turístico y económico del Tour de Francia es particularmente notable para las localidades que albergan el inicio o la llegada de una etapa. La estación de esquí de Val Thorens estará en el centro de atención este año, ya que será donde termine la vigésima etapa y casi el final del Tour de Francia 2019. Pero varias estaciones de esquí francesas albergarán una etapa del Tour, como Grand Tourmalet (la única llegada a la altitud en los Pirineos), Valloire o Tignes (Alpes).
El recorrido, que comenzó este año en Bruselas, se encuentra actualmente en su undécima etapa, entre Albi y Toulouse. Después de haber cruzado ya el Massif des Vosges y el Massif Central, se dirige hacia la cordillera de los Pirineos a través de dos etapas y varios pasos de alta montaña. Después de cruzar la costa sur de Francia, el pelotón llegará a los Alpes la próxima semana.
La ruta cruza este año muchas estaciones de esquí y lugares míticos de la montaña francesa: Bourg-Saint-Maurice (Les Arcs), Cervières, Grand Tourmalet, Peyragudes, Galibier-Thabor, Valloire, Tignes, Arêches-Beaufort, La Plagne, Les 3 Vallées, Les Menuires, Val Thorens …

¿Cómo se eligen las estaciones de esquí a las que llega una etapa del Tour de Francia?

En primer lugar, debe reconocerse que no es fácil ser seleccionado como ciudad o pueblo escénico del Tour, especialmente como un lugar de inicio o finalización de etapa. En una competición que se juega entre más de 300 candidatos, cada localidad y cada estación deben proporcionar un dossier en el que se destaquen sus ventajas (topografía, cultura, gastronomía, arquitectura y monumentos…).
Las ciudades por las que pasa la ruta también son elegidas por su belleza, ya que el Tour también es conocido por sus paisajes siempre impresionantes. Las ubicaciones seleccionadas deben pagar una cantidad a la organización de la competencia y prepararse logísticamente para recibir la carrera garantizando la seguridad.
El precio de la participación de una estación de esquí es bastante alto, pero se ve compensado por la gran afluencia de turistas que se sienten atraídos por el espectáculo del Tour de Francia, una competición internacional que cuenta con millones de espectadores y que se emite en muchos medios.
Esta afluencia de turistas se refleja ya varios días antes del paso del Tour de Francia, cuando los espectadores invaden los bordes de la carretera para beneficiarse de la mejor ubicación y del ambiente que precede al Tour.
El gran día, los hoteles, restaurantes y tiendas de la zona están en plena marcha, pero también lo seguirán estando a medio plazo gracias a la promoción del destino a escala mundial. Varios estudios coinciden en que las repercusiones económicas de participar en una etapa del Tour pueden ser 10 veces mayores que la inversión de la localidad participante.