A pesar de la fuerza que ha adquirido el movimiento feminista en los últimos años, los datos no mienten: aún estamos lejos de alcanzar la igualdad. Esto es especialmente evidente en algunos sectores. La industria de la nieve es un claro ejemplo. En los dominios esquiables de Francia, una de las mayores potencias del esquí y uno de los países en los que se han hecho más esfuerzos a nivel legislativo para promover la igualdad laboral, tan sólo un 29% del total de trabajadores son mujeres (5.220 de los 18.000 empleados).
Además, según el último Informe Anual ONU Mujeres, la brecha salarial a nivel mundial sigue siendo del 23% y la tasa de actividad de las mujeres es del 63%, mientras que la de los hombres es del 94%. Esta es la razón por la que las mujeres salieron a protestar de nuevo el pasado 14 de junio en Suiza, en una gran manifestación de las que no se suelen dar en el país. La protesta a nivel nacional conmemoraba la que se celebró en la misma fecha de 1991, ya que el problema sigue existiendo, incluso en países tan avanzados.
La desigualdad en el ámbito laboral en general: la mujer en la industria de la nieve
Las mujeres no sólo siguen cobrando menos y teniendo más paro; además, tienen por lo general peores condiciones, más contratos temporales y más trabajos a media jornada. ¿Cómo es posible que a pesar de que está demostrado que las mujeres tienen más formación y mejores resultados académicos?
Las principales razones son dos: los estereotipos que aún se mantienen y que afectan a toda la sociedad y el hecho de que las mujeres sigan siendo quien se ocupa de las tareas de cuidados (ya sea de niños, ancianos o cualquier persona dependiente).
Si ya de por sí las mujeres lo tienen mucho más difícil que los hombres para conseguir un buen trabajo, además existe el conocido como “techo de cristal”. Muchos países han añadido en los últimos años distintas leyes que tratan de promover la igualdad de género forzando a las empresas a contar con más mujeres entre sus altos cargos. Por ejemplo, en la Real Federación Española de Deportes de Invierno (RFEDI), hay varias mujeres en la junta directiva, con la reciente incorporación de la nueva responsable del programa Mujer y Nieve, Paula Fernández-Ochoa.
Pero, incluso en los países más desarrollados, los porcentajes están aún lejos de estar equiparados en la mayoría de los casos.
La industria de la nieve: un sector tradicionalmente masculinizado
Tomemos como ejemplo Italia, una de las grandes potencias de la industria de la nieve a nivel mundial. Existen estudios que demuestran que en este país las mujeres son por lo general mejores que los hombres a nivel académico (calificaciones más altas, más horas dedicadas al estudio, menos recuperaciones…). En el caso de las carreras universitarias de ciencias, tecnología, etc., Existe un mayor componente de hombres, pero las mujeres obtienen de nuevo mejores calificaciones (103,5/110 de media para las mujeres, 101,4/110 para los hombres). Pero pese a todo, las mujeres siguen siendo penalizadas en la vida laboral, con mayor tasa de desempleo y menor sueldo.
Esto mismo sucede en la industria de la nieve, tradicionalmente masculinizada, en la que las mujeres se ven por lo general relevadas a los cargos de menor responsabilidad. Hablemos de números. En Francia, una de las mayores potencias de la nieve y uno de los países en los que se han hecho más esfuerzos a nivel legislativo para promover que las mujeres puedan acceder a los altos cargos, tan sólo hay cinco directoras en los 325 dominios esquiables que hay en el país. De esta forma, la proporción de mujeres en los cargos más altos de los dominios esquiables es de tan sólo un 1,5%. En España, de los 36 dominios esquiables que hay actualmente, tan sólo uno lo dirige una mujer (lo que supone un 2,8%).
Pero el problema no se reduce a países europeos como Italia, Francia o España. Un estudio realizado por Snowsports Industries America, que analizó 22.000 empresas en Estados Unidos, descubrió que el 60% de las empresas no tenía ni una sola mujer en su junta directiva, el 50% no tenía ninguna mujer en cargos ejecutivos y ni siquiera el 5% tenía una directora. Lo más chocante de estos datos es que otro estudio realizado en 2017 mostró que las mujeres representan el 45% del total de los participantes en deportes de invierno en ese país y que son precisamente ellas quienes más han aumentado su participación, con un 7,2% más de 2009 a 2017.
El impacto positivo de las mujeres en las empresas
El promedio de todos los países analizados (incluidos los que no se muestran en el gráfico) es del 22,9%. Un estudio muestra que las empresas rentables donde las mujeres ocupan puestos de responsabilidad (directoras, miembros de la junta directiva, gerentes) se benefician de una rentabilidad un 15% más alta.
El impacto positivo de las mujeres en los negocios está más que demostrado en la actualidad, pero aún es necesario cambiar ciertas actitudes y reducir la discriminación o la autocensura de las mujeres en el lugar de trabajo en general, y en la industria de la nieve en particular.
Para ilustrar y completar este dossier sobre mujeres de altura, I Love Ski ha hablado con varias líderes de las montañas y con algunas de las grandes mujeres que han logrado llegar a la cima de este sector. A través de estos testimonios, trataremos de comprender por qué todavía hay tan pocas mujeres como directoras de dominios esquiables y qué medidas podrían aplicarse para cambiar esta situación.