¿Una estación de esquí indoor en la montaña? Es posible. Hoy os traemos la controversia que ha generado el proyecto de Tignes que pretender llevar a cabo la construcción del proyecto con un valor de 62 millones de euros.

El proyecto «Nueva Unidad de Turismo» (UTN) fue presentado el pasado 25 de noviembre 2016 a la Comisión de la UTN del Macizo de los Alpes, compuesta por representantes políticos, actores locales y asociaciones de defensa del medio ambiente y los profesionales de la montaña.

Este proyecto preve, para 2018, la creación de un Club Med de 1050 camas turísticas en la zona de Val Claret, pero sobre todo la creación de una pista cubierta de 400 metros de largo y 50 metros de ancho, con nieve artificial y un telesilla suspendido para facilitar el acceso a la pista. Al pie de esta pista de esquí, el proyecto incluye también la construcción de una piscina climatizada que dispondrá de olas artificiales de «altitud» para los apasionados por el surf.

El valor del proyecto se sitúa alrededor de los 62 millones de euros, y la estación de esquí indoor de Tignes planea animar a los inversores privados para financiar este proyecto de extraordinaria magnitud.

Para defender el interés de esta iniciativa, el ayuntamiento de Tignes comentó: «El proyecto que tiene la estación de Tignes es un proyecto en total acuerdo con las nuevas tendencias de consumo de una montaña de ocio. Aporta un nivel de servicio personalizado de montaña a la vez que suprime los factores negativos que conlleva el esquí en montaña (frío, pendiente, dificultad, etc.). Permitirá vivir una experiencia en plena naturaleza, pero con toda la comodidad y los servicios integrados».

En defensa de estas nuevas inversiones, Tignes teme por encima de todo los efectos del calentamiento global que afecta cada año más su glaciar : «nuestro glaciar de la Grande Motte, que se eleva a 3500 m de altura, se reduce cada año. Ya ha perdido el 30% de su superficie de esquí y perderá otro 30%. Así que decidimos reaccionar mediante la creación de esta pista de esquí cubierta de esquí llamada Ski-line. Somos una ciudad de montaña y necesitamos sostener nuestra economía» indica el alcalde de Tignes, Jean-Christophe Vitale.

Imagen: Glacier Tignes Grande Motte.

El voto de la comisión fue casi unánime (10 votos contra 2), en relación a este gigantesco proyecto urbanístico.

En contra, como siempre, nos encontramos «los verdes». La asociación de protección del medio-ambiente Mountain Willderness, miembro de la Comisión UTN lamenta profundamente el hecho de no tener en cuenta el medio ambiente en este proyecto: «Aparte de las asociaciones, ninguna voz se ha expresado en contra del proyecto «.

Siempre según la asociación, «Este proyecto es la etapa final de lo absurdo, un proyecto contra la montaña : gastos de energía, consumo de agua, todo lo contrario a un desarrollo sostenible que contribuye a la muerte la montaña por el calentamiento del clima y una naturaleza totalmente artificial. Pone la montaña en lata, viola los valores de la montaña, los espacios abiertos, el libre acceso a la naturaleza. Esto proyecto demuestra que a la montaña ya no le hace falta la montaña.

El «benchmarking» de este proyecto – una comparación con lo que se hace en otras estaciones u otros sectores -, es revelador: el esquí Indoor existe en Madrid, La Haya, Manchester … y Dubai, quizás famosos por ser los más absurdos. Tignes piensa destronar a todas estas pistas Indoor, haciendo una montaña artificial … en las montañas!

La guinda del pastel (siempre hay que destacar de la competencia), la pista de esquí Indoor también incorporará un producto «piscina cubierta para practicar el surf.» Sí, como en el centro de Courchevel Aquamotion, se podrá surferar sobre olas artificiales sin fin … Todo esto por el módico importe de 63 millones de euros. Sin IVA».

La estación de esquí de Tignes es conocida internacionalmente por su capacidad de ofrecer esquí durante todo el año, gracias al glaciar de la Grande Motte, que cuenta con 20 km de pistas situadas entre los 3.456 y los 2.700 metros de altitud.

El calentamiento global, actúa de forma negativa en los glaciares, está considerado como una amenaza inaceptable para la economía de este valle que siempre ha cultivado una imagen de «Destino de esquí 365 días del año».

Tignes próxima estación esquí indoor
Imagen: Tignes. Vía Flickr.
Imagen: Tignes. Vía Pixabay.

El proyecto para crear esta estación de esquí indoor que mina las expectativas del mercado de la nieve, donde parece que no hay futuro.

Aportar opciones artificiales en un entorno natural como los Alpes no deja indiferente a nadie. Las pistas de esquí indoor, situadas en la proximidad o en los mismos núcleos urbanos están en auge. No dudamos de su gran capacidad para aumentar el número de practicantes, consiguiendo facilitar el aprendizaje en unas condiciones «ideales» donde las condiciones climáticas no entran en juego. Sin embargo, exportar el concepto a la alta montaña parece una idea cuando menos extraña. Nadie duda de las numerosas ventajas de una estación de esquí indoor: proximidad, ausencia de puertos de montaña, supresión de incidencias climáticas, … pero no se puede olvidar que los deportes de invierno no aportan placer exclusivamente mediante el deslizamiento.

Respirar el aire de la montaña y deslizar por sus laderas, sentir la presión atmosférica, estar en contacto con la naturaleza, viajar con nuestro material atravesando montañas, descubrir unas pequeñas trazas de un animal que busca alimento por la noche e incluso aprender a disfrutar de los «días malos» como una experiencia más que forma parte de los deportes blancos en montaña.

Las mejoras tecnológicas siempre han representado un aliciente para atraer más visitantes y mejorar su experiencia en el destino turístico, pero primar la tecnología posicionándola por delante del principal activo de una estación de esquí, como puede ser su entorno, la naturaleza y sus montañas… no parece ser una idea respetuosa con el medio ambiente antojándose «antinatura» para gran parte de la comunidad alpina. Veremos si finalmente se lleva a cabo este gigantesco proyecto donde prima el retorno económico por delante del espacio natural.