Las certificaciones de calidad están en auge. Las entidades dedicadas a certificar el buen hacer de los centros turísticos aterrizó con fuerza en el mundo de los deportes de invierno y «Green Globe» no podía hacerse esperar más.
Green Globe es una certificación basada en los criterios mundiales orientados hacia un desarrollo sostenible, refrendado por 182 gobiernos nacionales en Rio (1992) con más de 40 temáticas, declinadas en más de 300 criterios obligatorios y opcionales, basados en la sostenibilidad del turismo mediante proyectos planificados a largo plazo.
Ha sido Le Grand Massif, el primer dominio esquiable del mundo en conseguir el certificado Green Globe gracias a la política de respeto medioambiental que lucen las 5 estaciones interconectadas: Flaine, Les Carroz, Morillon, Samöens y Sixt-Fer-à-Cheval.
Aunque el certificado de calidad no proviene exclusivamente de la ejecución de proyectos con objeto medioambiental, sino también aquellas orientadas al plano social, económico y cultural.
Green Globe: Un observatorio medioambiental en Le Grand Massif
La implantación desde 2008 de un «observatorio medioambiental» en 1400 hectáreas repartidas en 5 comunas francesas, ha conseguido recopilar de forma exhaustiva la biodiversidad de Le Grand Massif, realizando un seguimiento específico de las zonas a preservar protegiendo la fauna y la flora.

El desarrollo de proyectos locales y concretos, que tienen como objeto la protección medio ambiental, dio lugar a un destino turístico denominado «Origine Grand Massif» pretendiendo mantener la economía local potenciando los pequeños empresarios y sus tradiciones (queserías, artistas, agricultores…).
Nada es igual en Le Grand Massif si miramos una década hacia atrás. Las antiguas estaciones con remontes mecánicos omnipresentes, inundando de cables y pilonas el magnífico paisaje alpino quedaron atrás. Gracias a la nueva política de protección medioambiental y paisajística, se han suprimido hasta 51 pilonas, 6 estaciones y 7 kilómetros de cables en estos valles, creando espacios libres de remontes, respetando el paisaje y aportando a los esquiadores una experiencia «más natural».